El método consiste en poner las conchas (previamente calientes) sobre los puntos energéticos, como el esternón, el abdomen, las palmas de las manos, orejas, mientras el especialista realiza una sesión de masajes.
(Cada especialista lo hace a su manera)
Al paciente se realiza previamente un suave masaje corporal, facilitando la relajación y la desconexión con el exterior (puede escuchar los sonidos que producen las caracolas) Para impartir el masaje podemos utilizar aceites para masaje, nosotros recomendamos el aceite de almendras dulces o el aceite de argán, sin olvidar que para expandir bien el aceite se puede utilizar la Concha Hippopus.
Se comienza con el masaje con conchas marinas, se debe elegir la concha o caracola que más cómoda sea para realizar el masaje, nosotros aconsejamos la Nautilus Pompilius, Cypraea Tigris o Tonna Cepa a continuación se realizan movimientos por la columna vertebral, presionando muy suavemente desde el cuello hasta la zona del trapecio, a continuación cuando el paciente se haya dado la vuelta nos centramos en el rostro y muy suavemente vamos acariciando con la concha, en dirección a los ganglios linfáticos.
Se masajea desde cuello en dirección al abdomen comenzando con leves fricciones y después con movimientos circulares que se realizan con una presión suave.
seguidamente se pasan a las palmas de las manos, y terminamos en el ombligo y el esternón.
El masaje realmente terminará cuando el paciente haya llegado a su total relajación.
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